Tuesday, June 28, 2011

Nómada


Tenía cuatro años cuando primero me quise ir de casa.

¿Te acuerdas, mamá?

Era Sábado. Yo estaba jugando en mi cuarto, sentada en medio del piso con mi muñeca favorita - jugaba que yo era doctora. Usaba mi equipo de juguete, y pretendía escuchar su corazón...tomaba su temperatura...le pegaba a sus rodillas con un martillo pequeño, suavemente. Creo que estaba cambiandole el pañal a la muñeca cuando escuche voces afuera.

Corrí fuera de mi cuarto y me asome por el balcón, mirando hacia la calle. El esposo de mi tía Ramonita (Papo) se bajaba de un taxi, y caminaba lentamente por el camino hacia su casa. Papo era mi niñera durante la semana, mientras tu trabajabas...me encantaba estar en la casa de ella...El miró hacía el balcón, hacia arriba y me saludó como siempre. Con su pelo grasiento, la cara sudorosa y su guayabera manchada - señales de un largo día de trabajo en la plaza vendiendo frutas. Me grito a toda voz..."Yari! ¿Vas pa' mi casa hoy?"....Solte una carcajada y grite "Si! Ahorita. Voy a pedirle permiso a Mami!".

Dí un brinco del balcón, y practicamente volé hacia donde mamá estaba parada, cocinando. Mamá estaba mirando mas allá de la ventana, al patio...pero aun a esa edad, algo me decía que su mirada no estaba en nada afuera...sino en algo más alla de lo que se ve a simple vista. Pensativa. Con una toalla sobre su hombro derecho que usaba para limpiarse las manos mientras preparaba el almuerzo. Dije, "Mami...", en voz baja para no molestarla. Miró abajo, bien abajo a su lado derecho donde yo estaba parada, muy cerca de la estufa. "Cuidado, no te pegues a la estufa, te vas a quemar", me contestó. "¿Puedo ir a'n casa'e Papo?" "No...ya casi está la comida, y tu papá va a llegar del trabajo"... "Pero, mami, yo quiero estar con tití Papo y tío Fonso. Yo voy a comer allá, ella siempre me da comida." "Ya te dije que no, Yari."

Y me fuí a mi cuarto, llorando y tirando la puerta con fuerza. Agarre un bote de basura color rosado en donde guardaba mis zapatos, y los tire todos al fondo del closet. Puse solo un par de zapatos al fondo del bote, dos trajes, chones, unos cuantos shorts y t-shirts. Encima de todo, puse mi muñeca y un telefono de juguete de E.T. que era mi favorito. Decidida. Lista. Arrastré mis cosas hasta la cocina, donde ella todavía miraba hacia afuera mientras volteaba un pedazo de carne en un sartén. Ni siquiera se daba cuenta de lo que yo estaba haciendo, así que decidí pararme en la puerta y de manera desafiante gritarle "Me voy de aquí. Me voy con Papo. Soy feliz con ella. Aqui me siento sola y nadie juega conmigo!"

Me miró por unos segundos y dijo "Bueno. Ten cuidado caminando hacia su casa." Fue entonces cuando lloré mas, al ver que ni iba a intentar determe. Cargaba todas mis cosas hasta la orilla del camino, y voltié una vez más para ver si todavía me dejaría ir. Mami me estaba mirando desde la puerta, lentamente limpiando sus manos con la toalla. Le dije, con voz un poco menos fuerte pero con determinación, "De veras me voy a ir. Nunca más vendré a verte. No me verás jamás!" Y ella solo agarró la escoba y comenzó a barrer el patio, diciendo "Que lastima. Ahora voy a tener que buscar a otra niñita que quiera ser mi hija. Otra bebé a quien darle tus juguetes y tu ropa, con quien jugar y ...oh si...que triste va a estar tu papá cuando llegue y su princesa ya no esté con nosotros. Ni modo." No podía creerlo. Me reemplazarían con otra. Así de fácil.

Di unos pasos más por el camino, ya casi a unos 10 metros de mi mamá. De mi casa, mi cuarto, mi vida. No! No iba a dejar que nadie más ocupara mi lugar! No iba a permitir que mis padres me olvidaran! Solté mis cosas en medio de la carretera y corrí, llorando de vuelta a casa. Mi mamá me había estado siguiendo a casa de Papo, para asegurarse que no me pasara algo malo...y cuando me vió dar la vuelta, sonrió y corrió hacia mi...me abrazó muy fuerte mientras yo solo decía "Perdoname, mami. Quiero volver. No te olvides se mi", una y otra vez. Me besó la frente y dijo..."Tonta. ¿No sabes que te quiero? Nunca podría ser feliz otra vez en la vida, si tu no estuvieras. Ven, vamos a comer y luego coloreamos un libro."

Yo me fui contenta de vuelta a mi cuarto, ella llego luego con mis cosas que había dejado tiradas en la calle y la oí decirle a la vecina "Yari se quería ir de la casa, pero solo llegó hasta la mitad del camino hacia la casa de Papo. Me dió miedo, no pensaba que iba a atreverse llegar tan lejos..."

Y fue así, a los 4 años, que aprendí que no importa si uno se va...o se queda...

Lo que importa es saber que se pertenece en algun lado. Que alguien no podría vivir si uno no existiera.

Y nadie, nunca, puede tomar nuestro lugar.

"No existe la madre perfecta...pero hay un millón de maneras para ser una buena." ~ Jill Churchill

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