Comienza otro día, medio de Febrero.
Mis manos pintadas, dolor de cabeza.
El cuerpo envuelto en frío mañanero,
Los pies predican su propia pereza.
Me siento en la mesa sin su mantel,
Se enfría el café y tu perro me mira
¿Como decirle lo que aun yo no se?
No se puede ignorar lo que no se tira.
Intento crear uno o dos estribillos,
Canciones que siempre culminan en ti.
Rompo en pedazos papel amarillo,
Donde sólo seis veces Te Amo escribí.
Afuera surrura el viento su pena.
Divago este pueblo con poco fervor.
Tu voz arcoiris corre en mis venas,
Y veo tu cara en cada color.
Son tantos los días lluviosos, callados,
Las calles se empapan de poco querer.
Sonrisas y el hambre se echan a un lado,
Extraño el calor de tu amanecer.
Tropiezo confusa a otra cantina,
Ahogando tu ojos en copas de hastío.
El neón de la barra solo ilumina
Mi vida vacía entre humo sombrío.
Cae la noche como imperio en ruina
De nuevo a la casa, al silencio.
La luz de una vela solo ilumina
Mi brocha partida, lagrimas en lienzo.
-Yari I. 2012
